Llamas y alpacas

El ganado coya y aymará


Tanto la llama como la alpaca son "creaciones" del hombre andino quien las domesticó a partir del guanaco y la vicuña respectivamente, hace aproximadamente 6000 años en la puna peruana (Wheeler 1988, 1996).

Un estudio fundamental que da cuenta de la domesticación es el realizado en Telarmachay, a 170 km. al noreste de Lima, a 4200 metros de altura sobre el nivel del mar. Es una zona muy fría, y más húmeda que nuestra Puna (llueve entre 500 y 1000 mm por año). Se excavó una zona de 35 metros cuadrados hasta la roca madre y se desenterraron 400.000 huesos de animales, de los cuales se analizaron 160.000 aproximadamente. De este estudio se desprende que:

  • -Hasta hace 9-7000 años, los habitantes de esta zona cazaban guanacos, vicuñas y un ciervo llamado taruca. Luego empezaron a cazar selectivamente camélidos. Los porcentajes de los huesos de adultos y crías en las excavaciones son más o menos similares a los porcentajes en la naturaleza por lo que se deduce que eran cazados y no criados.
  • -Hace 6-5000 años aproximadamente aparecen una gran proporción de restos de animales muy jóvenes o neonatos. Esto se asocia con una epidemia de Clostridium perfringens típica de corrales sucios en épocas de lluvias en la temporada de parición. De aquí se deduce que hace 5.000 años había corrales y esto significa el principio de la domesticación (en animales silvestres no existen estos brotes epizoóticos).

  • Analizando la dentición se observa que al principio se cazaban principalmente vicuñas y luego hace 6.000 años empiezan a aparecer incisivos de alpaca. Con los guanacos y las llamas es más difícil porque sus huesos son muy parecidos pero como había muchos de los neonatos grandes se cree que eran llamitas.



Las llamas

Son hermosas creaciones andinas un poco más grandes que su antecesor silvestre (el guanaco) y varían en el largo y color de la fibra dependiendo de su raza.

En las llamas hay dos razas: Las llamas lanudas que son las denominadas Ch'aku y las llamas de poca fibra que son las denominadas Q'ara (o pelada) y que se utilizaban para carga. Actualmente en la Puna hay caminos y el transporte de mercaderías es principalmente con camiones y camionetas.  Antiguamente, era común ver grandes grupos de llamas, cada una con sus alforjas bordadas colgadas a su lado cargadas llevando mercadería. Los fleteros llevaban numerosas llamas y su éxito comercial se basaba en tasas de canje fijas en los Andes (Browman 1994).

Las llamas pueden caminar hasta 30 kilómetros por día cargadas con 50 kilogramos.


Los colores de la fibra de la llama pueden ir de el blanco puro al negro, pasando por toda una gama de marrones y grises. Son comunes las llamas con varios colores, manchadas y con pintitas.
En los animales laneros, la fibra es de buena calidad, sedosa y su grosor es en promedio entre 26-28 micrones, crece entre 10 y 20 centímetros por año.



Las llamas al ser domésticas tienen un comportamiento modificado por el hombre, sin embargo los indios que viven en Alota (Bolivia) aprovechan la conducta "guanaca" de las llamas de tener grupos familiares donde el macho defiende su grupo y mantienen los grupos reproductivos con esa estructura. Sin embargo lo común es ver un gran grupo de hembras con un macho reproductor y otros machos jóvenes castrados.

La llama es uno de los animales más estudiados, se conocen sus adaptaciones a la altura, sus enfermedades y sus requerimientos nutricionales. Todavía es importante para el transporte en los lugares sin caminos. Su carne es consumida en las poblaciones puneñas. Una llama puede dar más o menos 20 Kg de carne que se prepara principalmente como charqui, o sea se la seca al sol. La grasa de las llamas es usada en la cocina y también en medicina tradicional. El cuero es muy importante para hacer zapatos, lazos, bolsas y aperos. También se usa su bosta para mantener el fuego en zonas con muy poca leña.  Frente a la aridez, son "ahorrativas' de agua (se pueden pasar tres días sin beber).





Las alpacas

Son pequeñas como las vicuñas y comparten su distribución en las zonas puneñas.

Las alpacas viven casi exclusivamente en la Puna húmeda y por eso existen pocos ejemplares en Argentina. Recientemente (II Congreso Internacional de Camélidos, Cusco, nov.1999) utilizando técnicas de análisis moleculares de ADN se demostró inequívocamente que las alpacas son vicuñas domesticadas (Kadwell et. Al. 1999). Como todos los otros camélidos, las alpacas se distribuían extensamente en la Puna y también los valles interandinos y llegaban hasta la costa. Siempre se las seleccionó para obtener fibra.

Hay dos razas: las alpacas "huacaya" son peludas con fibras rizadas y parecen ovejitas. Las fibras crecen más o menos 12 cm por año. La otra variedad "suri" también tiene fibras de gran calidad pero sedosa y lacia y en el lomo del animal se hace una "raya al medio". Si no se cortan estas fibras pueden llegar hasta el piso.

La coloración de las alpacas es mucho más homogénea que la de las llamas demostrando que han sido seleccionadas exclusivamente para su pelaje.
Los colores de las alpacas van del blanco al negro, pero como hace varios años que la demanda de fibra de alpaca era principalmente de color blanco puro, entonces disminuyó el número de alpacas con otra coloración. Esto es un problema porque ha disminuido la "variabilidad genética". De cualquier manera, en la actualidad el mercado demanda fibras de colores naturales por lo que nuevamente tenemos alpacas de distintos colores pastoreando por la Puna peruana. Las alpacas en estos momentos son más importantes que las llamas en Bolivia y Perú. De las alpacas, por esquila se pueden obtener entre 1,7 y 2 kilos de fibra y Perú ha exportado fibra de alpaca por aproximadamente 24 millones de dólares anuales (3 millones de kilos de fibra).
Las alpacas son más selectivas que las llamas en la pastura y al igual que las vicuñas deben beber agua todos los días.
Hay muy pocas alpacas en Argentina debido a las condiciones de Puna seca de nuestro país.


Las vicuñas son "joyas vivas" ya que poseen una de las fibras mas finas del mundo con un grosor de unos 12 micrones y un largo de pocos centímetros. Esta fibra fue valorada desde siempre. La distribución de la vicuña coincidente con la del imperio incaico relaciona fuertemente a este animal con esa cultura.

Los incas tenían reglas para la explotación de estos animales que se cazaban en "chakus" cada tres o cuatro años. A muchos se los dejaba ir, a otros se los esquilaba y a algunos machos se los mataba aprovechando su cuero y  su carne.
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